Hace unas horas junto a la Mesa de Emergencia hicimos una evaluación de la realidad que estamos atravesando.
Todas las acciones realizadas a lo largo de estos meses pasados, nos permitieron que la situación epidemiológica local permanezca estable. Tanto los controles de las rutas como el trabajo hecho en distintos frentes, aún cuando no fueran perfectos, lo permitieron.
Avanzamos en la habilitación de actividades que nos eran reclamadas, siempre en la medida que las condiciones y normas nacionales y provinciales lo permitían.
También analizamos -con preocupación- el aumento de casos de estos días y las proyecciones en función de los contactos estrechos de cada caso confirmado, las que indican que habrá más casos y que podríamos llegar a un escenario en el que existen dos posibilidades.
Una, es retroceder de fase y restringir las actividades que hemos ido habilitando; la otra, es que todos asumamos una conducta de cuidado y solidaridad que nos permita la contención epidemiológica.
La primera opción traería incontables perjuicios a muchos sansalvadoreños que dependen del trabajo diario para llevar el sustento a su hogar; agregando a ello que si algunos no cumplen las demás medidas, no tendría utilidad.
La segunda opción, que consideramos más apropiada, porque todos queremos seguir en actividad, exige del compromiso de cada uno de nosotros; agregando a ello que al día de hoy, todos sabemos lo que tenemos que hacer para cuidarnos y cuidar a los nuestros.
Por otro lado, analizamos un dato más. Ese dato indica que la mayoría de los casos registrados -hasta ahora- provienen de eventos sociales (cumpleaños, fiestas clandestinas, juntadas y comidas con amigos) y pocos de comprensibles relaciones de trabajo o humanas.
Es el momento en el que como ciudadanos tenemos que comprometernos con el cumplimiento de las medidas, porque esas medidas, no son un capricho para coartar la libertad de nadie sino para sostener la actividad y el sustento de muchos.
La realidad que nos toca vivir nos interpela como sociedad. Nos pide y nos exige un compromiso individual con conciencia social. La realidad también nos enseña.
La contención de la situación que atravesamos, no pasa exclusivamente por los controles que seguiremos realizando o por las restricciones en las actividades económicas habilitadas que dejamos como última medida, sino por nuestra responsabilidad individual como ciudadanos comprometidos.
Si de verdad queremos darle pelea al virus se debe dejar de hacer lo que está prohibido y cumplir con los protocolos de lo que está permitido.
Si todos, sin mezquindades ni diferencias de ninguna especie, colaboramos con nuestro comportamiento, daremos muestra de la San Salvador que queremos ser.
El virus no hace diferencias sociales, religiosas, ideológicas, ni de ninguna especie, de modo tal que debemos permanecer unidos en esta lucha, haciendo lo que se debe, porque pensamos que sólo así podremos ayudar a que nuestra ciudad recupere la estabilidad epidemiológica.
Estamos todos convocados a tomar conciencia y tener comportamientos solidarios. Juntos saldremos adelante. Un Abrazo!