La historia de Aurora, la que nos dio las tierras y el nombre

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Doña Aurora Saint Sauver, fue hija del Dr. León Fulgencio de Saint Sauver; de origen francés y de Clemencia Parera Soler, nativa de Paraná. León era médico y murió muy joven, al naufragar el barco que lo trasladaba a Europa. Quedó, en consecuencia, la familia reducida a Doña Clemencia, Aurora y su hermano, Luis.  Al fallecer Luis San Salvador, Aurora se transformó en heredera de sus campos donde, posteriormente, se fundaría la colonia San Salvador.
 
Se casó con Miguel Jeremías Malarín Molina, abogado y quien fuera intendente de Paraná, con quien tuvo 7 hijos: Ana María Malarín San Salvador (n. 7 Abr 1857), Miguel Pedro Atanasio Malarín San Salvador, (n. 30 Jun 1858), Cora Aurora Victoriana Malarín San Salvador (n. 23 Mar 1861), María Teresa Zenobia Malarín San Salvador ( n. 28 Oct 1863), Oscar Malarín San Salvador ( n. 1866), Francisco Cayetano Malarín San Salvador (n. 7 Sep 1867), Nicolás Ramón Ignacio Malarín San Salvador (n. 4 Oct 1873).
 
Con el incentivo de las leyes de 1888, que favorecían la colonización privada,se convierte en promotora de la fundación de San Salvador, junto a sus hijos Miguel Pedro, Francisco Cayetano, Oscar y Nicolás. Si bien la historia ensalza la figura del Coronel Miguel Pedro Atanasio Malarín como fundador de San Salvador, tanto Aurora como los antes nombrados, jugaron un papel fundamental en el nacimiento de nuestra ciudad. Tal es así, que el nombre de la colonia fue impuesto en su honor, ya que el apellido francés Saint-Sauver, en el idioma castellano se traduce como San Salvador.
 
Antes de morir Luis, le expresa a Aurora su deseo de ver erigirse un “pueblo” donde había “solamente pajonales, gamos y ñandúes”. Ella, al igual que su esposo, pudo ver concretado ese anhelo. Murió en Buenos Aires, el 8 de marzo de 1917. Sus exequias se realizaron en la capilla que ella misma había mandado a construir en la colonia, a los pies de la virgen de Nuestra Señora de los Dolores.
Exequias de Doña Aurora en la capilla El Salvador.
 
En uno de sus obituarios rezaba “Perdurará en el recuerdo la fina figura de doña Aurora y sus hijas, repartiendo ropas, juguetes y comestibles a las familias indigentes de la naciente San Salvador”.
 
 
Créditos: Archivo Histórico de Entre Ríos, Profesora Magdalena Pandiani de Chemin.